El sector inmobiliario asegura que, ante la sobreoferta, los precios se contuvieron. Sin universidad presencial, la ausencia de estudiantes impacta en el barrio.
Cuando comenzó la cuarentena, el 20 de marzo pasado, el barrio Nueva Córdoba recién se estaba despertando. Hacía apenas unas semanas que los ingresantes a primer año de la universidad –principalmente de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC)– habían terminado su cursillo de ingreso, mientras otros miles esperaban retomar la facultad.
El aislamiento social preventivo y obligatorio cambió el ciclo del barrio. Las clases pasaron a ser remotas y muchos estudiantes optaron o debieron regresar a sus casas en el interior o a otras provincias. En los meses siguientes se multiplicaron los carteles de alquiler en los balcones y en los departamentos desocupados.
Para el titular de la Cámara de Corredores Inmobiliarios de Córdoba, Agustín Tea Funes, la vacancia en este sector de la ciudad es “muy importante”.
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